La línea pirata en la que murieron 35 ofrece viajes en el DF

*Transportadora huicho, a la que pertenece el camión que ayer se estrelló en Veracruz, oculta concesión *Sólo cuatro de 42 pasajeros pudieron escapar por la escotilla de emergencia

| | 14 Abr 2014

El estruendo de un fuerte impacto y el movimiento brusco del autobús despertaron a José Antonio Morgan. Él dormía en la penúltima fila de asientos y al incorporarse vio como el camión de la empresa Huichos se incendiaba.

De inmediato saltó del asiento como resorte. Fue una reacción instintiva de supervivencia.

Había gritos de gente que como él quería salir de la unidad que los trasladaría de Villahermosa, Tabasco, al Distrito Federal. Pero no había por dónde salir.

El joven de 24 años intentó romper un vidrio, pero no lo logró. Entonces, levantó una escotilla de seguridad del techo.

Por el pequeño orificio sólo cuatro personas pudieron salir, heridas pero salvaron la vida. 35 más murieron calcinadas.

José Antonio contó que eran las 02:30 de la madrugada. Lo único que iluminaba la carretera eran las llamas del autobús.

Ya afuera de la unidad José Antonio se percató de que el autobús de la marca Volvo se había impactado de frente contra un tráiler mal estacionado a la orilla de la autopista La Tinaja-Cosoleacaque, a la altura del kilómetro 134+950, municipio Juan Rodríguez Clara, en el estado de Veracruz.

Cuando llegaron las autoridades nada pudieron hacer para rescatar a más personas, sólo se dedicaron a remover escombros y recuperar los restos humanos y luego los llevaron a una improvisada morgue donde están en labores de identificación.

Gerardo Morgan, padre de José Antonio, explicó a La Razón que su hijo es Subgerente de un restaurante el Villahermosa y se dirigía a la ciudad de México para encontrarse con su esposa y su hijo, quien residen en la capital del país.

“Salieron de Villahermosa a las 20:30 horas y el accidente fue seis horas después, aproximadamente”.

Seis pasajeros más, todos integrantes de la familia Hernández Chablé, pretendían llegar a la ciudad de Puebla, en donde asistirían este domingo al partido de fútbol Puebla-América, que se jugó en el estado Cuauhtémoc de la Angelópolis.

El resto de los pasajeros muertos eran fayuqueros, gente que llega a la ciudad para comprar mercancía en el barrio de Tepito o en el Centro Histórico, para llevarla de regreso a sus comunidades para revenderla. Ésa era su forma de vida.

José Antonio dijo que pagó 400 pesos por el boleto, 60 por ciento más barato que en una empresa de línea, como ADO.

“La necesidad es la que nos lleva a usar este servicio. Por ejemplo en el caso de los comerciantes no hay límite de carga”, explicó.

Este tipo de transporte no está regulados y en la ciudad de México llegan a terminales clandestinas.

En el caso de esta empresa, las unidades se estacionan en un predio de la calle Perú, en el Centro Histórico.

El Presidente Enrique Peña y los gobernadores de Veracruz, Javier Duarte y Tabasco, Arturo Núñez, dieron sus condolencias a las víctimas y ofrecieron apoyo a los familiares de los fallecidos y sobrevivientes.


Con 15 años, Eliud Barabata Cupil viajaba en dirección a la ciudad de México, el joven cursaba el tercer año de secundaria en Villahermosa y su tiempo libre lo pasaba entre sus amigos, su novia, Melissa Ramón Gerónimo; ambos iban en la misma secundaria.

Con ella pasaba la mayor parte del tiempo y ella lo recuerda como “un caballero”: le regalaba flores, le dedicaba canciones y le abría la puerta para pasar. En una de sus fotografías, ambos lucen el uniforme escolar y se abrazan con la leyenda: “Los mejores momentos son a tu lado”.

Le gustaba tanto bailar que había encontrado el trabajo ideal: era chambelán en fiestas de quince años en una agencia local, en donde algunos de sus amigos también se empleaban.

Acudía a sus ensayos de manera puntual, era el que se esmeraba más y uno de los que animaban más a las futuras quinceañeras.

Ayer, muchas de las chicas que él mismo animó previo a sus fiestas, comenzaron a subir las fotografías de él acompañándolas, él fue “el alma de sus fiestas”.



Bryan alcanzó a postear una selfie en Facebook

Por Jaquelin Coatecatl

Bryan Gerardo Álvarez García, viajaba en el penúltimo asiento del autobús, había obtenido unos días de descanso por Semana Santa, así que decidió viajar para encontrarse con su esposa y su hijo en la capital.

A través de Facebook, Bryan, de 19 años alcanzó a postear una fotografía el sábado a las tres de la tarde, con dos de sus mejores amigos con el texto “Despedida”. Le gustaba ir al gimnasio, tomarse selfie e ir a fiestas. El joven llevaba seis horas de viaje e iba dormitando, cuando sintió el fuerte golpe; enseguida, junto con otros pasajeros liberó la escotilla del techo del autobús por donde él y otras tres personas pudieron salir.

El camión se estaba incendiando de forma veloz, así que Bryan se tuvo que aventar de una altura cercana a los cuatro metros desde la parte alta; al caer se golpeó en la rodilla izquierda y el tobillo izquierdo. Ya había hecho lo más duro, así que con dolor se alejó de las llamas del autobús que ya le habían alcanzado en el oído.