02 de Mayo de 2024
Una opinión diferente
Por: Isael Petronio Cantú Nájera

NO SE CóMO LLAMARLOS…?

12 Feb 2021 / *Toda revolución es cultural, tiene ciencia y tiene ideología

No se como llamarlos, si coprófagos, coprolálicos, teóricos orgánicos, bots, conservadores, neoliberales o sofistas, pero todos ellos tienen rasgos comunes: añoran el periodo de 36 años de rapiña y corrupción y ante la falta de una propuesta lógica, razonable y factible: lanzan un verborrea de críticas (falaces la mayor parte de las veces) adobada de maledicencias, que obviamente son escupitajos hacia arriba y que terminan estrellándose en su propio rostro: ¡Cacas!

Ante la doble crisis, es decir, tanto la económica como la sanitaria, el vituperio ha arreciado, y desde esos escuadrones de “críticos”, el bombardeo se centra en la figura presidencial; lo cual hasta cierto punto es natural, dada la exposición que tiene una figura tan central en el sistema político mexicano y que por primera vez, en la historia moderna, día a día, emite su forma de pensar en lo que ya se conoce internacionalmente como “Las mañaneras”, pero que se puede entender como un acto cotidiano de rendición de cuentas, de transparencia y acceso a la información.

El campo de batalla, no es el ágora citadina del mercado, las calles o las escuelas, no; sino: las Redes Sociales y los medios de comunicación clásicos: radio, prensa escrita y televisión. En el avance de la Internet y la facilidad de hacerse de un teléfono móvil y desde él, emitir una opinión política, se ha vuelto una revolución social que expone, ya sea fortaleciendo o demeritando cualquier posición política o personaje de la vida pública y privada.

El antecedente de la prensa adicta a los gobiernos pasados (Chayotera) es un lastre para cualquier cambio democrático; pues lejos de cumplir su papel de informar del hecho noticioso, ante la pérdida de sus canongías, lo editorializan, lo manipulan y lo presentan con los tintes amarillistas o francamente falsos para golpear mediáticamente al gobierno en turno y forzar un “arreglo financiero” por su “silencio”; sin embargo, esos medios van en declive y sus “lectores” se alimentan circularmente de su bazofia.

Y no es que no haya problemas, por supuesto que los hay y son el resultado de toda una generación educada en la cultura de la mordida y la corrupción; del empobrecimiento moral e intelectual de los ciudadanos, hombres o mujeres que han vivido bajo el régimen del PRI, del PAN y del PRD; donde se privilegió un individualismo egoísta, cínico e irresponsable con las normas éticas y morales de una sociedad democrática, social y justa. Sociedad que ha tenido chispazos en la oscuridad, como su aparición ciudadana en los terremotos o inundaciones de la Ciudad de México o la elección de julio del 2018… aaah, pero esa cara de la ciudadanía, por supuesto que no la quieren quienes medraban de su afasia política. Es común que en las dictaduras de cualquier tipo, el pueblo bueno sea el pueblo callado, ignorante de sus derechos políticos y sociales y el pueblo malo sea el que exija igualdad, equidad, justicia y llene las calles pidiendo trabajo y pan (de comer, no de partido).

Dado el declive de sus clientes, los medios de comunicación clásicos, están migrando a las Tecnologías de la Comunicación y a las plataformas conocidas como “redes sociales”: Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, etcétera, en las cuales (Este mismo texto es un ejemplo) los “periodistas” se han multiplicado por miles y han desplazado a los profesionales y a los “clásicos” de tal suerte que un “YouTuber” moderno tiene más seguidores, a pesar de las idioteces que diga o exponga que un excelso escritor con un artículo de fondo. La competencia obliga a muchos “medios” a contratar a esos nuevos profesionales del comentario y desplazar a los viejos periodistas que sin duda, para no quedarse atrás: terminan reforzando el ambiente que los desapareció.

Luego viene el fenómeno de los bots (Un bot (aféresis de robot) es un programa informático que efectúa automáticamente tareas reiterativas mediante Internet a través de una cadena de comandos o funciones autónomas previas para asignar un rol establecido.) que diseñados ex profeso, serán utilizados maliciosamente para repetir, como el intrigoso chisme en el lavadero, las maledicencias contra el objetivo programado: ¡El cacas! Y así por el estilo.

Pero, esto tampoco resuelve los problemas, más bien los confunde y los agrava, pues un problema comienza a solucionarse en la medida en que es entendido de la mejor manera posible por todos, es decir: hay un diagnóstico certero y por consiguiente puede haber una terapia.

Una lista de cinco elementos en los que podemos estar de acuerdo que son los causantes de nuestros problemas políticos y sociales son: corrupción, pobreza, inseguridad, desempleo y mala educación… por supuesto que hay más, pero ceñirnos a esos cinco, nos permitirá un diálogo asertivo y de propuestas racionales de solución.

La corrupción tiende a disminuir con el acceso a la información, con la rendición de cuentas, la sanción y la revocación del mandato del corrupto.

La pobreza tiende a disminuir con políticas públicas de carácter social que impactan en la distribución del ingreso: más salario y apoyos sociales a los que menos tienen y por la vía de la fiscalizad: que pague más el que gane más.

La inseguridad disminuye si el sistema de seguridad se construye sobre la base de una policía científica y de cero tolerancia hacia el infractor, lo cual implica una profunda reforma al poder judicial y a las fiscalías… además, de una revolución pedagógica donde se enseñe de nuevo el respeto a las leyes que nos hemos dado.

El desempleo disminuye en la medida en que el Estado impulsa obras de gran calado con el dinero público aumentando la tasa de empleo y coordinando con la iniciativa privada (acotando su voracidad capitalista) el impulso de áreas estratégicas para la producción en el país, tanto de productos agropecuarios como industriales.

Toda revolución es cultural, tiene ciencia y tiene ideología. La mala educación y la pésima formación de los maestros y sus sindicados encadenados al poder; debe superarse con el impulso de democratizar las organizaciones magisteriales y a la vez consolidar la infraestructura educativa en el país, y sobre todo: la recreación de un plan de estudios basado en la ciencia, las habilidades del pensamiento, en la persona y sus derechos humanos y finalmente en la solidaridad… si este tema, el de la educación, se queda como está: los innombrables habrán empatado la batalla… y tendremos que esperar otras tres décadas y media, para intentar de nuevo construir un Estado Social y Democrático de Derecho.

Sobre esos temas tenemos que seguir trabajando si queremos avanzar como país y superar las crisis económica y de salubridad que hemos heredado y que estamos viviendo finalmente… no hay un final y ya se me olvido cómo iba a llamar, a quienes lejos de ayudar a construir el país, siguen rumiando sus derrotas políticas, morales e ideológicas.